'PlumALigera' #07: Lo mismo de siempre
“Toda la vida lo mismo… $%#@^&*”
Creo que esta ha sido la frase que la plumita dijo repetidas veces durante
toda la semana. La última vez, ayer, luego del aplastante 3 – 0 en el
Polideportivo Villa el Salvador.
Y es que siempre es la misma constante. Buenos partidos en toda la
temporada; llegan a la final y el equipo se viene abajo en desánimo,
juegan hasta las patas y pierden de manera grosera.
En el primer partido, los marcadores fueron, al menos, más
apretados. A pesar de ello, las chicas entregaron el partido desde el segundo
set; a partir de ese 18 – 25 la apatía apareció y nunca se fue. Por más que
Aparicio intentaba levantar los ánimos, todo seguía igual: depresión reflejada
en jugadas mal ejecutadas, saques errados, puntos perdidos por pases tontos,
sets ganados por las chorrillanas.
Y lo de ayer, ni que decir.
Un primer set perdido por más de diez puntos de ventaja. Trece puntos
para ser exactos. Trece. ¿Ese era el equipo que antiguamente remontaba dos sets
en contra? En el partido de ayer, se vio muy poco, casi nada, de esas chicas
que se rebelaban a pesar de estar abajo. Regatas supo donde poner las pelotas,
estudió todas las falencias de las grones y atacaron hasta llevarse los tres sets.
¿Dónde estaban esas grones que se llevaban tres sets por partido? Ni un atisbo
de ellas.
Sucedió con Jaamsa en diciembre del año pasado. Se ve hoy en los dos primeros
partidos de esta final.
Es una culpa colectiva. Algo sucede con el comando técnico. ¿Falta de
firmeza con algunas jugadoras? ¿Mal replanteo de los partidos? Si fuera lo
último, se vería reflejado en varios encuentros, durante todo el torneo. Lo que
vimos esta semana pasa en partidos donde menos debe suceder: partidos
importantes, partidos de final. La pluma cree que es una cuestión anímica, cae
eso y cae todo.
Quedan tres partidos más. Si la apatía continúa y el
ánimo decrece como ha sucedido en los dos primeros partidos, en los tres
restantes ya no habrá nada que hacer.
Todo depende completamente de ellas. Ya no de la gente que siempre está para
apoyar a pesar del mal resultado, ya no del técnico que les muestra lo que hay
que hacer.
De ellas.
De ellas depende que no se repita lo mismo de siempre.
Por: Rita Cristina Pachas Medrano
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