'Jóvenes vALores' #02: 'Caer, tomar impulso y renacer'
Y llegó el gran día para nuestros “jóvenes vALores”. Después de la bronca
de la jornada pasada, teníamos que levantar cabeza y no dejarnos caer mismos
WhatsApp, Instagram y Facebook. Había llegado la función de “la bandita” y
ninguno de nosotros estaba listo para el maretazo de emociones que se
avecinaba.
Por cuestiones del fortuito destino, hoy no habrá una crónica como tal,
pero sí un merecido reconocimiento al corazón, al amor propio, al sentido de
pertenencia que tanto nos hacía falta y hoy nos tocó ver en cada uno de esos
muchachos.
Partido trabado desde el inicio, había nervios, los chicos estaban
inquietos, pero no hay que comer ansias. En todo Alianza, hoy más que nunca,
necesitamos la cabeza fría y el corazón caliente. No desesperarnos, ir un paso
a la vez. Placencia, consciente de eso, puso el primero para darnos cierta
tranquilidad, pero poco duró la alegría ya que a los 18’ del primer tiempo,
poco después del gol nuestro, Ustrilla se encargaría de marcar la igualdad tras
un buen remate cruzado. Otra vez, aquel fantasma de la fecha anterior nos
acechaba.
Fue así que, tras tanto acecho por parte de los rosados, a los 31’ minutos
de la primera parte, anotaron tras un “peloteo” producido por un tiro de
esquina. La pelota parada, misma que parecía nuestra mejor arma, terminaría
siendo la que más daño nos haga. 2 a 1 en el Teófilo Cubillas, Sport Boys a la
cabeza.
Acabado el primer tiempo, la desazón se adueñaba de los muchachos. Las
inseguridades nuevamente azotaban y es que el formar parte de Alianza Lima, así
no pises “el verde”, implica una presión fuerte y diferente, pero eso no puede
ser más fuerte.
Arrancamos la segunda mitad con dos goles por marcar, errores por mejorar y
mucho corazón por entregar. El partido parecía controlado para la “misilera”,
pero buscaban asegurar la victoria. Llegaron al arco algunas oportunidades,
pero la diosa Fortuna esta vez jugaría a nuestro favor. Pero, Potrillo, ¿Por
qué tan seguro? Siga usted leyendo.
Pasa que en el fútbol nada es casualidad, pero sí influye un “cachito” la
suerte. Los autogoles, inclusive, son originados. Sea un rebote, un mal despeje
o una fuerte presión del rival, estos no suceden porque sí y hoy nos quedó
claro. Alianza fue al frente, corrió riesgos, se atrevió y la recompensa llegó.
Logramos la paridad a los 80’ a través de un autogol. Locura en el banco
Blanquiazul.
Ya corrían casi los 90’ cuando, cuales bólidos, salimos al contragolpe.
Toque, velocidad y ... gol. Como aquella noche frente a San Martín en el 2017,
como aquella tarde frente a Melgar el 2019, como contra Binacional hace algunas
semanas, lo dimos vuelta. Goicochea marcaría el 3 a 2, faltando nada para el
fin del encuentro, pero aún habría tiempo para algo más.
Se acuerdan de la diosa Fortuna, ¿cierto? Pues, contragolpe de Boys.
Carrera por la banda, pase al medio, define y … travesaño. Ay, mi Cristo de
Pachacamilla, ¿por qué te gusta hacernos sufrir?
Se jugó, se luchó, se sufrió y se ganó. No la “movimos” bien, pero tenemos
sangre caliente de sobra. El espectáculo es ganar, gente.
Potrillos... ¡Vamo’ arriba eh!
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