'PlumALigera' #13 - Previa 03: En la guerra y en el amor…
Alianza Lima estuvo siempre en mi vida. A través de mis hermanos y su
hinchaje poco acérrimo; en la rivalidad infantil con mis primos cremitas –
rimenses; en mis tardes - noches adolescentes cuando escuchaba partidos por
radio. Hubo un poquito de Alianza en mi primera quincena de vida. La avalancha
de intensidad y la confirmación de amor por estos colores ocurrió al encontrar
en este equipo de fútbol
el desfogue para muchas situaciones que le pueden suceder a una quince –
veinteañera.
¿Te jodieron en la universidad? Anda al estadio. ¿Estrés laboral? Nada que
una buena cantadita en la tribuna no solucione. ¿Decepción amorosa? Mami, he
ganado una final. Que supere eso. Jajaja (Chiste interno). Y no es que estas eran
excusas para evadir momentos mas si fue el empuje para regresar a la pelea de
la vida más
fuerte y mentalizada. “El novio”, como llamo a mi equipo favorito desde hace
algunos años,
me sostuvo cuando la vida me hizo pedacitos. Y hoy en día lo sigue haciendo.
¿Cómo no tenerle cariño?
Y cuando el cariño es recíproco, devolvemos cariño con la misma intensidad.
En las buenas y en las malas. A la que fue miedosa toda su vida la veías una
noche en medio de sur cantando con el Comando y ganándose con todo el humo de
la plantita feliz; en los banderazos; afuera del nacional con Don Mario aquella
tarde de noviembre… Me sostuvo a mí. Yo también puedo hacerlo por el club.
Y así llegamos hasta hoy.
A estas horas, en una tarde gris, escuchando a la Sonora Ponceña y luego de
recordar todo esto, hacemos un stop. Dejamos atrás todo sentimentalismo y nos
enfocamos en la guerra de mañana. Sí, es una guerra porque nos jugamos el todo por el
todo; la alegría de un pueblo, la gloria de un equipo. Tiene que verse así; en
una guerra eres egoísta, no importa a quien pegas porque te juegas la victoria
de tu nación.
Mañana no se regala nada. Desde el pitazo inicial vamos al ataque con
estrategia, cubriendo todos frentes para no dejar ningún espacio que el enemigo
pueda aprovechar. Y avanzar, siempre hacia adelante para romper ese arco, sin
asco ni piedad. ¿Tenemos armas? Por supuesto. Dos tanques al frente preparados
para bombardear, fusiles de asalto para repeler al enemigo y atrás un bloque
dispuesto a neutralizar todo disparo enemigo.
Será
la primera vez, luego de casi dos años que este grupo tendrá apoyo civil. En esta
guerra jugamos todos y si bien no podremos lanzarnos a la cancha a luchar con
los once, estaremos ahí dejando la garganta, dejando todo.
Si este humilde texto llegara a ojos de uno de esos once guerreros déjenme
expresarles unas cuantas letras: “Mañana se sale a matar, a dejar hasta la
última gota de sudor. No se desperdicia nada y se aprovecha todo. Se están
jugando la gloria de toda la Nación Blanquiazul, la alegría de una hinchada de
todas las edades; de utileros, preparadores físicos, asistentes de cocina; de
mucha gente. Contra todos Alianza, contra todos con cabeza fría y corazón caliente.
Vaya al frente que nosotros estaremos ahí, sosteniéndolos con nuestra voz,
reprimida por mucho tiempo. No nos vamos a guardar nada y ustedes tampoco.
Estamos juntos en esto”.
Y como bala perdida en plena guerra, la pluma vuela llevándose de encuentro
a dos, se safa de uno más dejándolo en suelo y queda libre para matar de
zurda y esquinado. Gol hoy y gol mañana, con toda la fe.
Por: Rita Cristina Pachas Medrano 'plumALigera'
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