'GLORIAS DE LA VICTORIA' - LAGOS: ‘CORAZÓN DE LEÓN'

Cuando la incertidumbre era pan de cada día en La Victoria, aparece él. Un muchacho no muy alto, flaquito, tatuado y que dejaba la opción de jugar fase previa de Copa Sudamericana por venir a jugar, en teoría, segunda división con Alianza. Más allá de lo económico y de la vitrina que significa jugar un torneo internacional, Ricardo toma esta decisión con más corazón que razón. Hoy, ya finalizando el 2021, podemos decir que no se equivocó.

Richy, como le llamamos, se une al equipo tarde porque la vida siempre les da situaciones bravas a los más paradores. Su mamá, Doña Puyen, cayó enferma con este virus y él, sin dudarlo, cogió sus maletas y se fue para Chile a acompañarla. Cuando parecía que la vida se consumía y la luz de su madre se apagaba, es que sale el corazón de león. Su “viejita” sabía que ellos partidos duran 90’ y alguito más. La luchó, nunca dejó de correr y ganó. Ese mismo corazón heredó el buen Richy. Corazón que, a día de hoy, después de tanto barro, nos hizo gritar: “¡Campeón!”.

Ricardo empezaría el año motivado, veloz como una flecha e incansable como un Chasqui. Con un parejo ida y vuelta, y con goles importantes, se afianzó por la banda izquierda en una posición que, al menos en el Perú, se sufre mucho para conseguir. Si bien es cierto que en muchos partidos no pudo tomar el protagonismo, siempre cumplió, estuvo correcto y puso todo lo que había que poner.

El trujillano llegó, como varios, en silencio y con poca prensa. Hablando en el verde y vestido de corto. Tras un año en donde Alianza se llenó de zurdos y absolutamente todos decepcionaron, este “zurdito correlón”, con su buen pie y llegada al área rival, se ganó el corazón de todo el pueblo blanquiazul.

Hoy, como hincha, Lagos celebra, canta y salta. El poco conocido lateral izquierdo, es hoy un gran responsable del campeonato del bicentenario y los más felices somos nosotros de poder contar con él un año más. Rómpela y muéstrate porque, más pronto que tarde, lejos te irás.

Ricardo César Lagos Puyén, el buen Richy Lakes, el joven con un corazón muy grande para su pecho, se comió todo el carril izquierdo y nadie lo pudo parar. El niño que un día soñó, hoy ya es campeón y con el escudo que siempre amó. Felicidades, Richy. A seguir descociéndola.

 Por: Leonardo Cusirramos