CAFÉ PASADO #11: Una Vez Más

 

Una vez más llega el día. Una vez más nos llenamos de fe. Una vez más parece que podemos competir. Una vez más apagan la ilusión. Una vez más sentimos un poquito de esperanza, pero una vez más destruyen los sueños y aspiraciones de más de la mitad de un país.

Alianza Lima cayó nuevamente por Copa Libertadores, esta vez ante Fortaleza, pero hoy uno ya no sabe el por qué. Ya no sé si es por falta de nivel, por mala preparación, por falta escasez de jugadores, por mala suerte o por carecer de actitud.

Parecen tan lejanas aquellas bonitas noches de Libertadores en las que, más allá de ver buen fútbol, veíamos que sentían la camiseta como nadie. Y es que es importante, primero, saber a qué equipo representas y, luego de ello, ser consciente de que jugar este tipo de torneos es la vitrina para uno mismo.

Y digo esto por el hecho de que Alianza empezó jugando bien. Sin terminar rematando al arco, pero controlando el juego, asociándose y creando peligro en terreno brasileño. Todo esto daba buenas sensaciones, pero ¿para qué? Para que minutos después, quizá con esto en mente de que el peruano se duerme en sus laureles, los 11 blanquiazules dejaran de tener el balón, dejaran de mover la pelota y empezaran a correr tras ella, esperanzados en que Ángelo Campos aún mantenga el cero.

Finalizado el primer tiempo, justamente el golero nacional sería la figura. Salvando los ataques rivales, como también los errores nuestros. Mismos que después, pese a ser pequeños, nos costarían caro (nuevamente).

Y es que, en Alianza, desde que tengo memoria, veo que se pierde partidos por equivocaciones puntuales, errores de concepto que son inadmisibles si uno quiere competir internacionalmente. Desde rechazos al medio, malas coberturas o querer cerrarte atrás cuando puedes ganar

El segundo tiempo sería reflejo de ello. A los 50 minutos del encuentro, mala cobertura por parte de Ramos que deja solo al delantero, gol de Fortaleza. Y es que es increíble como el central de la selección peruana puede tener tantos errores iguales en todos los partidos. Pese a ya no ser una sorpresa, aún no puedo creerlo.

Con Alianza marcando al borde del área y ajustando en vez de proponer, irían transcurriendo los minutos. Hasta que a los 71’, tras uno de los tantos pelotazos de Yordi Vílchez, es que Pablo Lavandeira encuentra una oportunidad de oro en la endeble defensa brasileña y, de cabeza, anota el empate. Silencio en el estadio y parecía que Alianza se iba al todo por el todo para regresar con 3 puntazos, pero, una vez más, los malditos cambios.

¿Cómo vas a querer defender si aún faltan más de 20? ¿Para qué hacer línea de 5 si puedes ganar el partido? ¿Cómo dejar de proponer ante un rival débil? Son preguntas que solo Carlos Bustos puede responder porque, 8 minutos después del empate, tras los cambios inexplicables, es que Fortaleza encontraría el 2 a 1 final. Y es curioso porque Lagos y Valenzuela entraron para defender más y, ya, por último, regresarte con un punto de tierras brasileñas, pero, lamentablemente, tampoco hicieron eso.

La displicencia de muchos jugadores es preocupante, parece que les da miedo ver a un argentino o un brasileño y cuando salen de esa zona de comfort llamada “Liga 1”, les tiemblan las piernas. En Alianza Lima no hay lugar para la paciencia ni para la mesura, es hora de que despierten o que comer banca los despierte.

Aquí seguimos alentando, nos vemos el sábado a las 3:30 p.m.

Pese a la bronca, Arriba Alianza.


Por: Leonardo 'El Potrillo' Cusirramos

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