CAFÉ PASADO #13: Un día más

 

Es un día más con Alianza sin ganar en la bendita copa libertadores.

Y es hasta curioso ver la alegría de algunos porque, si bien es cierto que se sufrió y empató un partido durísimo, parece que estamos tan acostumbrados a perder que un empate nos alegra, nos basta, nos sacia; cuando nosotros, si nos hacemos llamar grandes, debemos traducir esa grandeza en victorias.

Alianza Lima debe ganar, debe competir los 90’. No competir porque unos cambios salieron bien, no competir solo 15’ minutos porque el rival está cansado o no competir 45’ minutos porque el DT te carajeó en el vestuario. Se debe estar a la altura la hora y media que dura el partido y no solo eso, si no que también partido a partido, semana a semana, mes a mes, año a año. Se debe ser un grande siempre, aquí y en la China, no solo en el torneo local.

A mí me da mucha bronca. En lo personal, me cansa, me desgasta, me agota porque se dice que Alianza se es grande por su gente, pero justamente esa multitud de gente no merece esto. Y les pido que dejen aquel romanticismo de que no es blanquiazul aquel que no ha llorado o aquel que no ha sufrido. A mí me tiene arto ser La Cenicienta, que nos miren por encima del hombro y que crean que con nosotros aseguran 3 puntos. A mí me tiene exhausto el no poder celebrar con el pitazo final. Señores, somos los campeones, pero afuera somos un chiste.

El partido tenía un marco hermoso, pero más que motivar, parece que asusta a varios de nuestros jugadores. Entre errores tontos y pasividades en la marca, es que Colo Colo marcó el primero a través de un córner a los 21’. Una jugada repetida, donde nadie marcó el primer palo, dejando solo a Lucero para romper el cero en el Estadio Nacional.

Y Alianza la sacaría baratísima durante la primera mitad. Los chilenos fallaron un penal y desperdiciaron clarísimas ocasiones de gol. ¿Suerte? No lo creo. Para mí es el fútbol diciéndote que por favor ya acabes esta maldita racha. 1 a 0 y al vestuario.

Iniciado el complemento y pasados 32 segundos es que nos iluminamos. Pelotazo de Tato para el Zorrito que la baja para el Pirata. Hernán controla y da un balón al espacio. Wilmer, como en sus mejores años, corre salvajemente. Amaga al central chileno de derecha a izquierda y remata de zurda al primer palo. Golazo. Qué bravo para hacer eso el zorro. Igualdad en el electrónico gracias al artífice de aquella noche mágica de Libertadores.

Luego de ello, ganas y cabeza. Lo traduzco en eso, ganas porque empezaron a meter, cabeza por el replanteo. Bustos fue rebelde con los cambios que hizo y me encantó que vaya a buscarlo. Cornejo sentando a un temeroso Concha. Arley mostrando cómo se encara estos partidos. Verdad que también entró Leiton, ¿no? Bueno, ya qué podemos decir.

Más allá de los intentos y acercamiento, el resultado no se movería. Me alegra ver que se hayan ido con la espina de que pueden hacer mucho más si ellos se lo proponen. Quiero ver que sientan bronca, que sientan esa rabia interminable que siento yo ahora. Quiero que no nos llamen “el humilde Alianza Lima”, si no que vengan acá a ser conservadores con su juego. Quiero que el siguiente partido salgan los 11 ensangrentados porque pusieron hasta la cara por ganar. Quiero ver cómo pasan por encima a cualquier equipo que le pongan en frente. Estoy agotado, estoy frustrado, estoy hirviendo, sí, pero aún hay partidos y no me voy a bajar del coche por más que ya haya perdido la cuenta de cuántos llevamos sin ganar.

De acá nos vamos con la frente en alto y habiendo cortado esa maldita racha. Arriba Alianza.


Por: Leonardo 'El Potrillo' Cusirramos

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