'ESTACIÓN 1901' #22: Los goles que no pude gritar

 

Desde el 2017, los Alianza Lima – Sporting Cristal no son los mismos desde que mi viejo se fue a un lugar del cielo. Él decidió partir en un año en que futbolísticamente se mezclaron dos sensaciones alucinantes como el de ver campeón a Alianza y también gozar con una clasificación mundialista, la primera que veía en mis entonces 31 años de vida.

Sin embargo, existen dos goles que no grité porque si bien el corazón futbolero tenía deseos de hacerlo con mucho ímpetu y mucho amor por la camiseta, había una parte mía que prefería la celebración medida, en silencio porque sencillamente ya no era lo mismo.

Y es aquí donde paso a redactar este post desde otra mirada, con otro sentir …

Pa’ pronto serán cinco años desde que te fuiste físicamente de mi lado. Si bien me acompañas en espíritu, aún extraño los años que nuestras charlas eran de fútbol y los días en que un Alianza – Cristal nos dividía, pero sanamente y con el humor que dependía del pitazo final del árbitro. ¿Recuerdas cuando te tomaba el pelo las veces que Alianza ganaba? Yo recuerdo cuando te tocaba celebrar a ti y las veces que quería hasta cerrar mi puerta con tal que no me digas nada porque estaba molesto.

Sin embargo, siento que ha quedado pendiente tomarte el pelo con un partido que ganamos y que, sin duda, podría haber provocado que esta vez, seas tú quien cierre la puerta y cambie el canal del televisor. Mira qué golazo metió Hohberg para el primero del partido ¿viste pa’? Oye, pero no cambies de canal, mira la repetición. Ese arquero de Cristal que malo es, ¿para qué lo trajeron?

-Ahorita lo empatamos-

Y no sé si me lo decías en serio o de verdad, lo decías porque no había mucho que decir. Espera, GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLAZO. Mira pa’ quién más sino Cachito para meter ese golazo. ¿Dónde estás papá? ¿Por qué no estás en el cuarto? Espera a que termine el partido. Les estamos pegando un baile. ¿No te arrepientes de ser hincha de tu equipo?

-No, nunca. El cielo es celeste-

Y descontó Cristal. Y así pone a tiro de empate. Pero son malos pues pa’. Nosotros somos los mejores. Mira que vamos a tiro de campeón y a fin de año espero tu saludo.

Pero te fuiste papá. Desde hace cinco años, los partidos contra Cristal no son los mismos desde que te fuiste. Si bien nos ganaron partidos, títulos y nosotros también, ir a tu cuarto y no encontrarte para el post – partido aún me pone triste. Y así como el fútbol, aún hay muchas cosas que extraño contigo y que seguramente, te lo habrás llevado al cielo como parte de tus recuerdos.

Aquellos golazos de Hohberg y Ramírez merecían una grito desaforado, con desborde de locura y mucha pasión. Ganarle un partido a Cristal se disfruta y mejor aún, haciéndolo en casa y en el proceso a la estrella 24. Pero opté por la tranquilidad, porque el corazón aún estaba triste y meditando aún el día triste de todos. Aguardé por un grito desaforado unos cuantos meses, hasta el doblete de Gabriel Leyes ante Comerciantes Unidos.

Quienes me conocen saben que desde que se fue mi papá, hay una parte en mi que se fue también. Una parte de mi corazón se apagó y si bien hay ciertas alegrías, su ausencia aún se siente. Aún me pregunto por qué, con gustarnos el fútbol, decidimos hinchar por equipos diferentes. Pero ¿saben? Si volviera a nacer, volvería a elegirlo como padre y volvería a ser hincha de Alianza Lima sabiendo que es hincha del SC pero modificaría algo: Iría más veces con él al estadio solo para ver fútbol. Esa quizás es la cuenta pendiente que el destino lo llevó a la eternidad.

Quiero que gane Alianza mañana en el Nacional pero siempre, este tipo de partidos, lo terminaré diciendo como desde aquel juego del 2017: Hasta el próximo partido.


Por: Daniel 'Negro Jefe' Brown

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