'CAFÉ PASADO' #31: Volvimos a sentir

 


La noche del miércoles 21 de septiembre quedará marcada en mi vida como la noche en la que volví a sentir. Ya venían varias semanas sin verdaderamente vivir un partido a flor de piel desde el minuto cero y era preocupante. Me llevaba a cuestionarme, día tras día, si de verdad tenía corazón, si yo estaba hecho de hojalata o si ya por todo perdí el amor.

Gracias a Dios que no es así. Ayer desayuné nervio, almorcé ansiedad y casi ni cené por la presión que sentía. Yo no piso la cancha, pero me siento igual de presionado que un jugador que lleve la camiseta de Alianza. Ayer le hablé, grité y arengué a la televisión durante más de 90 minutos. Me persigné mil veces y respiré hondo, para que luego, con más voz temblorosa que serena, empiece el partido y le diga a mi equipo: “Vamos...”.

Sorprendidos quedamos todos cuando sonó el pitazo inicial y vimos semejante presión alta. Yo no vi jugadores de fútbol, vi 11 hombres corajudos que salieron al campo a dejar a su rival, Melgar de Arequipa, por lo suelos. Anoche vi a 11 hombres vehementes, con los ojos muy saltones y con la vena del cuello a punto de reventar. Tal fue el efecto de esta presión que a los 10 minutos del primero tiempo ya íbamos ganando 2 a 0. Lavandeira el primero a los 5’ tras un pivoteo de Barcos dentro del área y, un minuto después, Hernán... ay, cuántas veces Hernán. Recibió el balón, enganchó hacia su cuerpo y dejó fuera al central rojinegro. La jala como si fuera una pichanga, se perfila y define ante un inerte Carlos Cáceda. Estadio abajo, la gente se enloquece. Ni el mejor de los adivinos se esperaba que veríamos un resultado así de forma tan temprana. ¿Qué ha ocurrido en estas últimas dos semanas? Por favor, que alguien me lo explique.

Han pasado ya 24 horas desde que culminó el partido y yo sigo sin encontrar palabras idóneas para retratar tácticamente lo que pasó. Aún estoy sorprendido por la intensidad que vi durante los 90 minutos. Y es que en Alianza tenemos el plantel y los medios para poder jugar como anoche, pero al parecer simplemente no había ganas de hacerlo. Hasta que llegó alguien con aquel “SENTIDO DE PERTENENCIA” a querer cambiar el chip. Guillermo Salas, el Chicho, hombre de la casa y gran conocedor de lo que implica llevar el escudo blanquiazul en el pecho, más allá de hacer algunos acertados cambios tácticos que se irán acentuando con el pasar de los partidos, transmite algo que otros no y eso es AMOR POR ALIANZA LIMA.

El Chicho ama tanto a la institución que no le cabe en el pecho. Su compromiso con nosotros le queda tan pequeño a la zona técnica que en ocasiones lo perjudica con expulsiones, pero es parte del proceso porque, así como los jóvenes que alguna vez dirigió, él también está aprendiendo.

El partido de anoche fue buenísimo y la alegría no me deja analizar tranquilamente el desarrollo del partido, pero si hay algo que aprendí anoche de Chicho Salas es que, pese a tener el corazón caliente y la sangre hirviendo, debemos mantener la cabeza fría y volver a nuestra posición como le dijo a Richy Lagos. Dentro de todo este romance, les digo que jugar con doble 5, tapar la salida a los laterales rivales y forzar al error a través de la presión es una alternativa que nos puede traer muchas alegrías.

Antes de irme, quisiera dejarles unas líneas que escribí después del partido:

 

Vestida toda de azul y blanco pasó la esperanza.

AL oído ella me canta “¡Arriba Alianza!”

Se detiene y me enseña

Que el verdadero amor lleva

Tres coronas y una estrella.

Que la fe en octubre

Se pinta de color morado

Y que esta siempre está de nuestro lado.

Que no importa la hora,

Que no importa el lugar

Porque la hinchada siempre estará.

Allá va Alianza Lima.

Adelante van Los Íntimos de La Victoria.

Mi corazón se llena

Al ver cómo la azul y blanca flamea.

¡Celebra el Comando Svr!

¡Celebra todo el Perú!

Arriba, siempre arriba,

Y por toda la vida

Alianza Lima.

 

Que arda Matute el día lunes.

Vamos paso a paso. A muerte con nuestro equipo.


Por: Leonardo 'El Potrillo' Cusirramos

Comentarios

  1. Hermoso , el amor a tu equipo te hace escribir lindas líneas, te felicitó mi principe. CON MUCHO Cariño tu mamá.

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