'ESTACIÓN 1901' #19: Conejo Eterno

 


Se nos fue el “Conejo”. Víctor Benites Morales partió hacia la eternidad en una jornada que enluta al fútbol peruano e internacional. Para quienes no lo saben, se trató del primer futbolista peruano en ganar la Copa de Europa y con una camiseta con historia como la del AC Milán.

Pero la historia deportiva de Benites inició cuando el “Cholo” Castillo lo vio jugar en Caquetá y lo enroló en Alianza Lima. Basándome en relatos que me hicieron llegar familiares muy cercanos, el “Conejo” tomó la posta que dejó Guillermo Delgado – “El León de José Díaz” en tienda blanquiazul. A los 19 años de edad ya saboreaba la gloria de gritar campeón y fue parte del bicampeonato 1954 – 55 de Alianza Lima junto a figuras de la talla de Oscar “Huaqui” Gómez Sánchez, Teódulo Legario, Cornelio Heredia y Félix Castillo.

Benites pudo acumular casi seis años en La Victoria antes de dar el salto al fútbol del exterior. En 1960 fue contratado por Boca Juniors y también supo ser campeón con el cuadro argentino (1962). Sin embargo, los problemas económicos del cuadro bostero obligaron a la venta de algunas figuras y uno de ellos fue Benites, captado con anterioridad por directivos italianos que habían llegado a Argentina para ver a Antonio Ubaldo Rattin, pero terminaron llevándose a Benites. Eran los emisarios del AC Milán.

De este modo, se transformó en el primer y único peruano en jugar en el club “rossonero” en su historia y enfrentó a otras leyendas como Gigi Riva y Enrique Omar Sívori. Anuló a Eusebio en la gran final de la Copa de Europa 1963 ante el poderoso Benfica y se coronó campeón en la mítica cancha de Wembley. "Eusebio marcado por Benítez no tocó la pelota".

Los hinchas de Alianza Lima tenemos que sentirnos orgullosos de haber contado en nuestro equipo con la figura de Víctor Benites. El club fue la puerta para que el “Conejo” alcance grandeza internacional y no es poco, porque fue considerado el mejor central tanto en Argentina como en Italia. Los hinchas de Alianza hoy rendimos tributo a su memoria, a su legado, a las páginas de gloria que escribió en la historia de la institución.

Y este es también un nuevo llamado de atención al club, a sus dirigencias. No es muy difícil rendir homenaje o reconocimiento en vida. Nuestros ídolos no merecen irse casi en el anonimato, en silencio; nos pasó hace unos años con “Perico” y ocurrió con otros jugadores que escribieron nuestra historia como Emilia Salinas, Cornelio Heredia, Juan Joya (otro campeón continental y del mundo) y muchos jugadores. La institución no puede ser indiferente y en vida, nuestros ídolos deben recibir el pleno reconocimiento de su gente.

Descanse en paz “Conejo”. Arriba Alianza hasta el infinito.


Por: Daniel 'Negro Jefe' Brown

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