TERRITORIOS ÍNTIMOS #11: Oh Capitán

 


"Un capitán es una persona que dirige, encabeza, comanda, gobierna o representa a un grupo. Etimológicamente, el término parece provenir del latín capitanus, «jefe», que derivaría, a su vez, del también término latino caput, «cabeza», y este del indoeuropeo kaput, con igual significado".

                                                                                                     Fuente: Wikipedia (a lo Yonhy Lescano)

 

Para quien escribe, la figura del capitán en un equipo es crucial. No es un cargo decorativo, imposible.

Creo a rajatabla que el portador de la jineta debe tener una personalidad que trascienda al plano verde y a los 90 minutos. Debe ser capitán hasta cuando esté en la ducha o haciendo el mercado.

Con solo verlo a los ojos debes poder identificarlo (¿Qué hace Messi de capitán?).

Debe ser capitán hasta cuando esté en silencio. El cacique natural entre los suyos.

Soy de los Diego Lugano, los Cruyff, los Cafú, los Beckenbauer, los Totti, y, cómo no, Diego Armando Maradona. Pero por encima de todos, el epítome del puesto: don Obdulio Varela, el Negro Jefe que encabezó la mayor gesta mundialista.

Pero Alianza Lima es lo que nos convoca en esta columna. Un capitán legendario (el capitán) fue don Alejandro Villanueva Martínez, aquel que juró levantar al equipo caído en el Potao y devolverlo a su lugar, promesa que cumplió como hombre de bien.

De Manguera digan lo que les venga en gana, yo me quedo con lo que le dejó a la blanquiazul, esa misma que nosotros, décadas después, amamos con delirio. Al fin y al cabo, como dijo sabiamente el Negro Fontanarrosa sobre el Diego: no me importa lo que hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía.

Siguiendo con este repaso fugaz, otro memorable portador de la cinta en el brazo fue don Cornelio Heredia. El Brujo. Un tipo de quien se dice no le bajaba la cabeza a ningún blanco, ni antes, ni durante, ni después de un partido. Tampoco dentro ni afuera del rectángulo gramado.

De la misma madera estuvieron tallados Guillermo Delgado, el León del José Díaz, en los años 50; y Javier Castillo, el Murallón, entre los 60 y 70, junto al gran Victor Pitín Zegarra.

Jaime Duarte, mundialista y considerado el mejor en su puesto, portó en su brazo izquierdo la cinta en el inicio de lo que sería un periodo largo sin lograr el título. Un tipo identificado plenamente con los colores azul y blanco desde siempre, sumado a su recio temperamento.

José Gonzáles Ganoza, el Caíco eterno que se llevó la cinta de capitán a la gloria, y lideró al equipo que nos dejó con la tristeza de su partida, aquella que nunca dejará de doler.

Luego de la tragedia del 87, tocó recomponerse a como dé lugar, y ahí vimos la capacidad de sobreponerse que tuvo Alianza Lima, así como también fuimos testigos de la deslealtad de alguno que fue capitán, pero se dejó seducir por la segunda letra de Judas, a cambio de treinta monedas de plata.

Entre Teófilo Cubillas y el Maestro Cueto se repartieron la responsabilidad de representar al equipo luego e la tragedia y hasta inicio de los noventa, pero ya vendría la nueva generación: Jayo, Sáenz, Soto, y especialmente el Churre Hinostroza (el de la arenga a defender la leche de los hijos), ellos serían los encargados de la capitanía, personalmente con algunas (varias) objeciones hacia uno que otro por temas disciplinarios, así como por aquella leyenda urbana que hablaba de cuando en Matute se armaban esos muebles constituidos por un armazón sobre el que se coloca un colchón, almohadas y sábanas, donde las personas duermen o descansan (y los DT salían para no volver).

De ahí en más, se me despinta el panorama hasta la actualidad. No soy dueño de la última palabra sobre el tema, ya que lo considero tan personal que está empapado de subjetividad.

Por ejemplo, el bueno de Ernesto Arakaki, un tipo correcto pero a quien no le veo ese ángel (o mejor dicho, demonio) de lanzar un carajo para poner orden. ¿O tal vez lo era?

Me he quedado corto en el repaso, porque también ha habido extranjeros de notable liderazgo, así como designaciones alucinantes que supongo escapan a mi conocimiento al no haber compartido camerino, como, por ejemplo, el caso de Solis. No, no estoy jodiendo, llevó la cinta en más de una ocasión.

Debo ponerle fin a esta columna declarando que el mito del capitán está actualmente devaluado para mí. Tal vez pido mucho para el 2022. Ok, les concedo eso.

Pero igual, actualmente siempre miraré a la cinta, cintillo, franja, jineta, o como quieran llamarla, como a aquella hija adorada que va de la mano de un infeliz que no la merece.

 

Que tengan un buen viernes grone.

Y arriba Alianza.

 

 Por: Metalgrone


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