'ESTACIÓN 1901' #36: Son nuestros héroes
“ … timbre de salida y en el
salón del 6to. “B”, los alumnos ya emprendían la salida. Todos pero en
especial, un Daniel que a las justas, pudo hilvanar alguna clase de esa
jornada. Era el miércoles 05 de noviembre y su calendario personal no tenía
otra cosa más importante que un partido de fútbol.
Daniel debía caminar 10
cuadras desde su colegio hasta su casa y lo hizo con una velocidad que
difícilmente haya repetido en otras oportunidades. Su tío llegaba detrás y
entendía la ansiedad de su pequeño sobrino por llegar a casa y meterse de lleno
al partido de su equipo. A varios kilómetros, en Talara, Alianza Lima salía a
pelear por una victoria que le permita ganar el título nacional 1997. Para
Daniel, era la posibilidad del primer grito de campeón a los 9 años de edad.
Apenas el saludo en casa, se fue a su cuarto y no había un elemento más importante
que el de una vieja radio para llevarlo al “Campeonísimo” vía RPP Radio.
Y el viaje inició y también la
hora de los rezos. Quizás la matemática ya no era importante en su vida en ese
momento, pero en 90 minutos, sacó cuentas de los resultados que necesitaba
Alianza para poder celebrar por anticipado un título de campeón guardado por
muchos años. Fueron al final cinco goles en Talara y un empate en Pucallpa
entre La Loretana y el clásico rival, que le permitió a Alianza ganar el
campeonato y al pequeño Daniel, de nueve años, poder decir “si, por fin soy
campeón” mientras la mitad más uno del país ya festejaba una nueva y ansiada
victoria …”.
Fue así como viví lo de 1997. No
tenía cabeza para los estudios ese día, no sabía de Ciencias Naturales, de
Arte, de Razonamiento Lógico; y lo único que sabía de Geografía era que Talara
estaba ubicado en el norte del Perú y que, en ese lugar, Alianza Lima iba a
escribir una de las historias más importantes y hermosas de su vida
institucional.
El 05 de noviembre no es una
fecha cualquiera en el calendario de todo hincha aliancista, en especial, de
aquel que está nadando en la base 3 por la actualidad. En la Escuela
Aliancista, cada 05 de noviembre se recuerda a Jorge Luis Pinto y sus muchachos
celebrando un campeonato inolvidable, el primer grito de campeón para una
generación. ¿Es necesario recordarlo siempre? Claro que si, necesario e
importante, más aún cuando llegamos a los 25 años de aquel triunfo. Son las
Bodas de Plata de una “gesta” que inició con la llegada de Pinto y el
compromiso de un plantel de jugadores que llegaba a pleno de su carrera a una
temporada que conmemoraba los 10 años del accidente de Ventanilla. Una
inspiración divina nos permitió avanzar, crecer y creer en este equipo. Lo de
1997 es algo que los hinchas de Alianza vamos a recordar siempre y
contemplaremos hasta la eternidad, a una generación de jugadores “que hizo de
esa parte de nuestra infancia, la más feliz de todas”.
A Jorge Luis Pinto, al comando
técnico, a los jugadores ¡Gracias!
Gracias infinitas a los héroes de
mi infancia, a quienes hicieron de ese año el más importante y emotivo de mi
vida aliancista. Pasarán los años y ese triunfo queda como un legado y como un
premio para toda una generación que se puso la mochila tras la total reconstrucción
de un plantel posterior al accidente de Ventanilla. Porque se dieron cuenta a
tiempo que Alianza no podía pasar más años sin campeonar y entendieron que ese
año era el “ahora o nunca” y que sus carreras dependían mucho de ese 1997.
Aquel 05 de noviembre, aquel
miércoles en que Talara se convirtió en “Tierra bendita” y el “Campeonísimo”,
el epicentro DEL SUEÑO MÁS HERMOSO QUE SE HIZO REALIDAD. Felices 25 años
a aquellos hinchas de Alianza que vieron su primera estrella brillar, como el
sol de ese cielo talareño.
Hasta la próxima parada.
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